Hoy se acuesta la montaña
Que antes estuvo erguida
Con ojos de ríos salados
Que abandonan la mirada.
Con los brazos finos te haz
quedado
De botes con niños.
Tu frente blanquecina
Domina tu pálido rostro
Te haz vuelto pez con escamas
Sin piernas
Sin aletas
Las estaciones cubren tu cama
Que ya zarpó
En el paisaje de tu mente.
Te vuelves a erguir
Como aquella montaña
De rocas sueltas y traicioneras
De espinos la cima.
En el muro de los cuerpos
Silenciaron tus tacos
Enterrados en la espalda
Los gritos los cubrieron de
tierra
Y con tu sangre pintaste
El muro de los cuerpos
Tulipanes brotaron de tu boca
Tejiendo poemas con raíces.
De cada cuerpo a tu lado
Tomaste la tristeza
De maldecir en llanto
Al abrazar el árbol donde yacías
Botaste alrededor como hiedra
Levantando los cuerpos escritos
Muros llenos de verdad
El tuyo tenía versos con ira
Y un par de tacos
Que colgaban de tus ojos.
El tiempo se creó a sí mismo.
El tiempo
Una idea antigua de pertenecía
El tiempo es relativo
El tiempo no existe
Y eso el tiempo lo sabe
Se escabulló en relojes y
campanadas
Es invisible
Sabe que le tememos
Sabe que lo poseemos
Hasta en los 40 días del diluvio
La espera, el viento,
Nos esclaviza
Invento que el sol tiene 12 horas
El tiempo sabe
Cuando dejemos de pensarlo
Entonces
Habrá muerto.
Dualidad
Mi tierra está bajo el mar
Dentro de un pez
Este mundo es tan imperfecto
Como la dualidad de un ser
Que grita hacia dentro desde lo
alto
Para no ser escuchado
Por la mujer desnuda
Que muerde la fruta equivocada
Con mis garras
Quisiera devorar su insulto
Por nadar dentro del pez
Dónde habitó dos veces
Rodeado de azucenas,
La Paz vendrá con el abrazo
Un abrazo de advertencia
Un abrazo mortal.
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